En la vida hay pocas cosas que produzcan tanta satisfacción como hacer tu propio pan en casa.
Desde hace un tiempo me gusta desayunar un par de tostadas de pan artesanal, de sabor intenso como los panes de espelta o centeno. Pero no siempre es sencillo de encontrar. Es cierto que últimamente han surgido como setas tiendas especializadas en pan, que no pasan 200 metros sin que te topes con una de ellas caminando por la calle. Pero tienen dos grandes defectos. Primero, las harinas usadas no siempre son de la mejor calidad, algunos panes denominados de centeno están más blancos que la leche. Y segundo su excesivo precio. Una simple hogaza te puede costar más de 3 euros, lo cual sencillamente es un abuso.
Y todo esto me lleva además a una reflexión. Antiguamente, en los pueblos de España, y generalmente en otras zonas europeas, los panes más sofisticado, glamuroso y demandado no eran los tan modernos panes de centeno ni de espelta, nada de eso, porque en ¿Se puede saber por qué ahora lo despreciamos tanto si antes era el pan más valioso? Los campesinos se tenían que conformar con sus panes de harinas sin refinar, logrando unas maravillosas hogazas por las que muchos de nosotros babearíamos hoy día.
Después de daros está charla os dejo con un maravilloso pan, lleno de sabor gracias a la pimienta y la sal en escamas y sumamente crujiente en su corteza por la sémola espolvoreada. Mi elaboración ha sido en Thermomix, pero como siempre os digo, es muy fácil de adaptar al amasado tradicional, que nadie deje de prepararlo por eso. Espero que lo disfrutéis y que tengáis un buen comienzo de semana.
INGREDIENTES (1 hogaza):
- 475 g harina fuerza
- 275 g agua
- 25 g margarina vegetal
- 20 g levadura fresca
- 1 cucharada azúcar
- 2 cucharadas sémola trigo
- Sal Maldon
- Pimienta recién molida
PREPARACIÓN:
1. Vertemos en el vaso el agua y programamos 2 minutos, velocidad 1, temperatura 40º.
2. Añadimos la harina, la levadura, una de las cucharadas de sémola, el azúcar, la margarina y salpimentamos al gusto.
3. Mezclamos a velocidad 6 y después programamos 3 minutos, velocidad Espiga.
4. Dejamos levar en un cuenco durante 1 hora en un lugar cálido, cubierto con un paño húmedo.
5. Sacamos del cuenco y damos forma redondeada. Hacemos unos cortes en su superficie, pincelamos con agua y espolvoreamos con el resto de sémola de trigo, sal y pimienta.
6. Colocamos en la bandeja del horno y dejamos levar otros 30 minutos, de nuevo cubierto con un paño húmedo.
7. Precalentamos el horno a 220 con un cuenco en su interior de agua, para crear vapor. Metemos nuestro pan y horneamos entre 30-40 minutos, hasta notar que su base cruje y suena hueca, indicio de que está bien hecho.