Mini cupcakes de chocolate y trufa

Este mes pese a tener mi asalto ya elaborado y degustado no me sentí con ánimos de publicarlo el domingo. Y es que el jueves falleció mi abuela. Este fue el último dulce que le preparé y que compartimos juntas y le gustó mucho, así que no me sentía con muchos ánimos de publicarlo. Pero no quería dejarlo en el tintero y como homenaje a mi abuela os lo quiero mostrar.

No suelo contar nada personal en este blog y por ese motivo allá por el mes de agosto ni siquiera conté que nos habíamos traído a la abuela de Torrevieja para tenerla mejor cuidada aquí, porque allí la dejaron sola. Pero hoy tenía la necesidad de compartirlo con vosotros. Y es que han sido unos meses bastante duros, de muchos cambios y sacrificios, pues cuidar de una persona mayor, que además tenía un carácter de cuidado, no es nada sencillo. Pero nos quedamos con la satisfacción de haberlo hecho lo mejor que hemos sabido y de saber que aquí estaba muy contenta. ¡Y como disfrutaba con los bollitos que le hacía!

Como dicen que no hay honor entre ladrones yo había robado una receta previamente choriceada, no tengo remedio.

INGREDIENTES (24 mini-cupcakes):

 180 g harina
 100 g azúcar
 160 g margarina vegetal
 2 huevos
 40 g cacao en polvo
 1 cucharadita extracto de vainilla
 1 sobre levadura polvo

Frosting:
 200 g nata de montar sin lactosa
 40 g cacao en polvo
 40 g azúcar glasé
 Virutas de chocolate



PREPARACIÓN:

1. Precalentamos el horno a 190º. En un cuenco mezclamos la margarina ablandada con el azúcar hasta crear una masa esponjosa.

2. Añadimos los huevos y el extracto de vainilla, batimos de nuevo hasta mezclar bien.

3. Incorporamos la harina, levadura y cacao y mezclamos hasta obtener una masa homogénea.

4. Rellenamos los moldes de cupcakes elegidos (si son grandes os saldrán unos 12-14 cápsulas) y horneamos dependiendo, si son pequeños 15 minutos y si son grandes 25 minutos. Dejamos enfriar por completo.

5. Para el frosting montamos la nata bien fría y cuando esté casi lista añadimos el cacao y el azúcar. Metemos en una manga pastelera con la boquilla deseada y decoramos cada magdalena.

Fuente: Rebuscando en la despensa