Probablemente una de las tartas más célebres y conocidas en el mundo sea esta tarta de queso, la New York Cheesecake. En muchos restaurantes denominados americanos podemos encontrarla con toda seguridad en su carta.
Es una de las tartas más densas que podemos encontrar de queso, con un sabor delicioso pero algo pesada de digerir, así que en pequeñas dosis.
La podemos encontrar con diversos acompañantes como chocolate líquido, mermeladas, cacao, incluso con nata… yo he escogido una de las opciones más elegidas, la mermelada de arándanos, en este caso comprada en Ikea, así que tenemos en mi tarta una fusión cultural interesante.
Tenía auténtico pavor a prepararla, a que me saliera mal con tanta historia pese a ser tan simple de preparar. Pero nada de miedos, es increíblemente sencilla, casi no mancha nada y el mayor problema que supone es el largo periodo de horneado. Recomendada al 100%.
INGREDIENTES:
- 1 kg queso cremoso tipo Philadelphia
- 6 huevos
- 200 g azúcar
- 2 cucharaditas Maicena
- 25 galletas María
- 50 g mantequilla
PREPARACIÓN:
1. Trituramos bien las galletas hasta hacerlas migas. En un cuenco derretimos la mantequilla. Mezclamos bien con las migas de galletas hasta que notemos una textura arenosa.
2. Precalentamos el horno a 150º. Ponemos la masa de galletas como base en el molde que vamos a utilizar. Debemos apretar bien para que quede compacto, sino corremos el riesgo de que al verter la masa se suelte. Horneamos durante 5 minutos.
3. En un bol grande ponemos el queso, los huevos, el azúcar y las dos cucharaditas de maicena y batimos con la batidora para no dejar grumos.
4. En un cuenco o recipiente grande ponemos agua caliente y encima colocamos el molde. Vertemos la mezcla de queso.
5. Horneamos a la misma temperatura durante 1 hora y 30 minutos o hasta que veamos que al pinchar sale limpio.
6. Dejamos enfriar toda la noche en la nevera. A la hora de servir podemos decorar a nuestro gusto: mermeladas, chocolate fundido, cacao en polvo… yo he optado por mermelada de arándanos.